Hermana Livia: Fe, pasión y deporte en la Selección Deportiva Femenina del Vaticano
En el corazón de la Ciudad del Vaticano, entre historia,
espiritualidad y tradición, hay un campo de fútbol donde se cruzan historias
únicas. Una de ellas es la de Sor Livia, una religiosa que encontró en el deporte
no sólo un momento de relax, sino también una oportunidad de compartir y
crecer.
jugadora del equipo deportivo femenino del Vaticano, la
Hermana Livia es una demostración viviente de cómo la fe y el deporte pueden
coexistir en perfecta armonía. En la vídeo entrevista que acompaña este
artículo, relata con entusiasmo su recorrido: desde que descubrió el fútbol
hasta que decidió sumarse al equipo, encontrando en el grupo un ambiente
acogedor y estimulante.
“El deporte es un lenguaje universal, como la fe”, explica
la hermana Livia. Para ella, cada entrenamiento y cada partido son momentos de
encuentro y de compartir, donde el juego se convierte en una forma de romper
barreras y construir amistades sinceras.
¿Pero cómo conciliar la vida religiosa con la pasión por el
fútbol?
«El deporte, si se vive con el espíritu adecuado, es una
experiencia enriquecedora», afirma. Nos ayuda a permanecer unidos, a
respetarnos mutuamente, a superar nuestras limitaciones. También es un momento
de relajación y alegría, que nos permite recargar las pilas para afrontar los
retos diarios.
La relación con las demás chicas del equipo es uno de los
aspectos que más valora la Hermana Livia. Lejos de la feroz competencia, el
fútbol se convierte en una oportunidad para fortalecer el vínculo entre
compañeros, aprender a colaborar y apoyarse mutuamente.
“En la cancha somos todos iguales, cada uno con su propia
historia y su propia experiencia, pero unidos por la misma pasión”, afirma.
Fuente de la información : https://www.sportinvaticano.
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